El Lápiz Mágico
Un día Fernando estaba estudiando y se le cayó el lápiz al tacho de basura. Emma le dijo: "Te lo voy a sacar". Entonces empezó a sacar. Sacó uno de oro. -¡No!, quiero el mío- dijo Fernando.
Sacó uno de vidrio. Fernando lo probó pero él quería el suyo. Sacó uno de gelletita, pero Fernando quería el suyo. Sacó uno de plástico, Fernando lo probó y se quedó con ese. Pero a la hora le pidió a Emma que por favor le saque su lápiz y Emma dijo: "Bueno Fernando".
Sacó un lápiz de té, pero no lo quería. Sacó un lápiz de café, pero no lo quería, Sacó un lápiz de agua, pero no lo quería.
Hasta que sacó el suyo. Fernando se puso muy feliz. El lápiz escribió rapidísimo, y cuando el lápiz se ponía chiquitito, en un segundo se ponía largo, pintaba rapidísimo, se convertía en lápices de colores y no se salteaba ni un punto ni una mayúscula, pintaba sin pasarse.
Si se lo pedía otro chico no funcionaba.
Sacó uno de vidrio. Fernando lo probó pero él quería el suyo. Sacó uno de gelletita, pero Fernando quería el suyo. Sacó uno de plástico, Fernando lo probó y se quedó con ese. Pero a la hora le pidió a Emma que por favor le saque su lápiz y Emma dijo: "Bueno Fernando".
Sacó un lápiz de té, pero no lo quería. Sacó un lápiz de café, pero no lo quería, Sacó un lápiz de agua, pero no lo quería.
Hasta que sacó el suyo. Fernando se puso muy feliz. El lápiz escribió rapidísimo, y cuando el lápiz se ponía chiquitito, en un segundo se ponía largo, pintaba rapidísimo, se convertía en lápices de colores y no se salteaba ni un punto ni una mayúscula, pintaba sin pasarse.
Si se lo pedía otro chico no funcionaba.
Fernando Herman - (1992)
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