Me llevó tan sólo un par de horas (pero mucho esfuerzo mental, estoy cansado ya). Supongo por eso el desorden en palabras e ideas... no sé, la necesidad de expresarlo me salta hacia el 'espacio virtual'.
Abrazo
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Sobre la muerte.
Ya he leído muchas y muchas cosas sobre la muerte. Ya todas las culturas la abordaron, ya cada uno de nosotros hizo su descargo, dándole un lugar en nuestra propia cabecita. Algunos pensaron en ella, a otros simplemte se les apareció.
A mí, como a mucha otra gente supongo me cambió ya la idea de 'esta señora' que viene a llevarnos.
Por supuesto y lo que digo es casi obvio, simplemente hay dos cosas fundamentales a la muerte, 'lo que es' y 'lo que la hacemos ser'. Esta dualidad entre lo que es y lo que la hacemos ser la apreciaremos en muchos de los institutos que corren en nuestras vidas. Pero porqué es tan importante éste en particular entonces, pues la muerte es el 'principio' y el 'fin' y ésto querramos o no, nos duele y nos llena de regocijo a la vez.
Aunque también parece casi obvio, creo muy importante asomarnos a la muerte desde dos lugares que representan 'lo que es' y 'lo que la hacemos ser'. Llamaremos (casi arbitrariamente) a estos lugares Biología y Psicología.
Mi acercamiento a la Biología fue posterior a lo que yo hubiera querido. Ya de muy grande pude recién entender a la muerte como biología. De grande y con bastante kilómetros encima pude ver su intrínseca línea. Y ya de grande también pude entender la unión (infranqueable por cierto) que hay entre ambas esferas. De grande, pensando desde la psicología (o en mi caso fue la literatura, por eso dije antes que eran arbitrarios los nombres) que sin muerte no hay vida, y con vida no me refiero a la natural, sino a la psicológica. Entender que sin muerte, nosotros, seres pensantes, virtualmnte dejaríamos de pensar. Seríamos poco más que una roca varada en una montaña.
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La muerte es LA clave de la vida, es inevitable, es deseable.
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Mi amiga Roxana, con 24 años, todavía no asomó sus narizes a la muerte. 'Nadie' ha muerto en su vida. Tiene 3 abuelos (el cuarto murió antes de que ella tenga memoria), mamá, papá, hermanos, amigos, tíos, primos, y hasta una tortuga (por supuesto viva). Una vida que parecería casi ejemplar, sin muertes, sin siquiera enfermedades (quienes nos recuerden que la muerte existe). En cambio, mi amigo Alejo, de 23 años, tuvo arduos acercamientos a la muerte. A los 14 murio su padre, un perro atropellado por un auto, a los 20 su hermana (cáncer), su madre con diabetes y él cree estar seguro que antes de los 35 será su turno diabético ya que hace rato que dejó eso al azar.
Las diferencias entre estos dos amigos míos a menudo me deja perplejo. Yo me reconozco en un medio, pero más tirando hacia Alejo. Siempre pensé que pensará cada uno de ellos sobre la muerte. Supongo que nunca me animaré a preguntárselos, pero sólo con fantasear alcanza. Vivir como si mañana fuera a morir, o vivir como si ya tal vez dentro de muuuuuuuuchos años fuera a morir. La cosa es vivir y la cosa es cómo vivir. porque el quid está en que la forma que abordemos la muerte nos señala la forma en la que queremos vivir.
Supongo hoy encontré algún lugar en el medio. Hoy, logré entender que no soy eterno, y que tampoco moriré mañana; pero también entendí que si así fuera, viviría tal cómo hoy. Entendí que si la vida y la muerte se van jugando lugares dentro del universo y yo soy un pedazo más de eso, moriré. ¿y mis metas de mejora? ¿y mis ideales de trascendencia que sólo se cumplirían si logro cambiar un poco este mundo en el cual vivo? Bueno, esos ideales persisten en mi mente, pero también entiendo que la vida es lo que es, y haré con ella todo lo que pueda, mientras pueda. Seré feliz mientras viva, y hasta que muera. Entenderé la lástima de las vidas que ya no están en este universo, festejaré las vidas que se acercaron a nuestro tiempo-espacio. Cuando alguien muere definitivamente es una lástima porque mueren muchas más cosas que un cuerpo, pero pensar en la cadena alimenticia y en la conservación de la materia y energía nos da la idea del ciclo que siempre se completa, la idea del balance y el equilibrio universal.
No sé, pensándolo, acaso no mueren y nacen en mi cuerpo millones de células, virus, bacterias y hongos por día. Y no pasa lo mismo con las ideas, las ilusiones, y los mosquitos, cucarachas, hongos del baño. Y las verduras de la ensalada. La carne de las hamburguesas de hoy a la noche. El papel de esta hoja en la que escribo.
¿que hay después? Por supuesto la religión, la reencarnación y muchas otras creencias han alimentado -y siguen haciéndolo- un alivio para quienes creen en eso. Y mirándolo desde esa perspectiva, el cudro es parecido a lo planteado antes: las esferas 'psicología' y 'biología' alimentándose mutuamente en una cadena de autosupervivencia. Qué creo que yo, pues, no creo en 'la vida después de la muerte' como quedar en el mundo un 'yo' inmaterial. Si creo que la contingencia de la vida (y en especial la humana) es ampliamente poderosa, es fuerte, y difícil de desentrañar, lo que inevitablemente me lleva a pensar en algo de lo de antes. Materia y energía. Si por supuesto sé que queda de nosotros (más allá de nuestras construcciones sociales) materia y energía, y si sé, que su comportamiento es muy complejo y como ya dije antes, difícil de desenmarañar debe ser toda esa energí a y toda esa materia, ¿será que se quedan juntitos mucho tiempo?.
Abrazo
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Sobre la muerte.
Ya he leído muchas y muchas cosas sobre la muerte. Ya todas las culturas la abordaron, ya cada uno de nosotros hizo su descargo, dándole un lugar en nuestra propia cabecita. Algunos pensaron en ella, a otros simplemte se les apareció.
A mí, como a mucha otra gente supongo me cambió ya la idea de 'esta señora' que viene a llevarnos.
Por supuesto y lo que digo es casi obvio, simplemente hay dos cosas fundamentales a la muerte, 'lo que es' y 'lo que la hacemos ser'. Esta dualidad entre lo que es y lo que la hacemos ser la apreciaremos en muchos de los institutos que corren en nuestras vidas. Pero porqué es tan importante éste en particular entonces, pues la muerte es el 'principio' y el 'fin' y ésto querramos o no, nos duele y nos llena de regocijo a la vez.
Aunque también parece casi obvio, creo muy importante asomarnos a la muerte desde dos lugares que representan 'lo que es' y 'lo que la hacemos ser'. Llamaremos (casi arbitrariamente) a estos lugares Biología y Psicología.
Mi acercamiento a la Biología fue posterior a lo que yo hubiera querido. Ya de muy grande pude recién entender a la muerte como biología. De grande y con bastante kilómetros encima pude ver su intrínseca línea. Y ya de grande también pude entender la unión (infranqueable por cierto) que hay entre ambas esferas. De grande, pensando desde la psicología (o en mi caso fue la literatura, por eso dije antes que eran arbitrarios los nombres) que sin muerte no hay vida, y con vida no me refiero a la natural, sino a la psicológica. Entender que sin muerte, nosotros, seres pensantes, virtualmnte dejaríamos de pensar. Seríamos poco más que una roca varada en una montaña.
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La muerte es LA clave de la vida, es inevitable, es deseable.
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Mi amiga Roxana, con 24 años, todavía no asomó sus narizes a la muerte. 'Nadie' ha muerto en su vida. Tiene 3 abuelos (el cuarto murió antes de que ella tenga memoria), mamá, papá, hermanos, amigos, tíos, primos, y hasta una tortuga (por supuesto viva). Una vida que parecería casi ejemplar, sin muertes, sin siquiera enfermedades (quienes nos recuerden que la muerte existe). En cambio, mi amigo Alejo, de 23 años, tuvo arduos acercamientos a la muerte. A los 14 murio su padre, un perro atropellado por un auto, a los 20 su hermana (cáncer), su madre con diabetes y él cree estar seguro que antes de los 35 será su turno diabético ya que hace rato que dejó eso al azar.
Las diferencias entre estos dos amigos míos a menudo me deja perplejo. Yo me reconozco en un medio, pero más tirando hacia Alejo. Siempre pensé que pensará cada uno de ellos sobre la muerte. Supongo que nunca me animaré a preguntárselos, pero sólo con fantasear alcanza. Vivir como si mañana fuera a morir, o vivir como si ya tal vez dentro de muuuuuuuuchos años fuera a morir. La cosa es vivir y la cosa es cómo vivir. porque el quid está en que la forma que abordemos la muerte nos señala la forma en la que queremos vivir.
Supongo hoy encontré algún lugar en el medio. Hoy, logré entender que no soy eterno, y que tampoco moriré mañana; pero también entendí que si así fuera, viviría tal cómo hoy. Entendí que si la vida y la muerte se van jugando lugares dentro del universo y yo soy un pedazo más de eso, moriré. ¿y mis metas de mejora? ¿y mis ideales de trascendencia que sólo se cumplirían si logro cambiar un poco este mundo en el cual vivo? Bueno, esos ideales persisten en mi mente, pero también entiendo que la vida es lo que es, y haré con ella todo lo que pueda, mientras pueda. Seré feliz mientras viva, y hasta que muera. Entenderé la lástima de las vidas que ya no están en este universo, festejaré las vidas que se acercaron a nuestro tiempo-espacio. Cuando alguien muere definitivamente es una lástima porque mueren muchas más cosas que un cuerpo, pero pensar en la cadena alimenticia y en la conservación de la materia y energía nos da la idea del ciclo que siempre se completa, la idea del balance y el equilibrio universal.
No sé, pensándolo, acaso no mueren y nacen en mi cuerpo millones de células, virus, bacterias y hongos por día. Y no pasa lo mismo con las ideas, las ilusiones, y los mosquitos, cucarachas, hongos del baño. Y las verduras de la ensalada. La carne de las hamburguesas de hoy a la noche. El papel de esta hoja en la que escribo.
¿que hay después? Por supuesto la religión, la reencarnación y muchas otras creencias han alimentado -y siguen haciéndolo- un alivio para quienes creen en eso. Y mirándolo desde esa perspectiva, el cudro es parecido a lo planteado antes: las esferas 'psicología' y 'biología' alimentándose mutuamente en una cadena de autosupervivencia. Qué creo que yo, pues, no creo en 'la vida después de la muerte' como quedar en el mundo un 'yo' inmaterial. Si creo que la contingencia de la vida (y en especial la humana) es ampliamente poderosa, es fuerte, y difícil de desentrañar, lo que inevitablemente me lleva a pensar en algo de lo de antes. Materia y energía. Si por supuesto sé que queda de nosotros (más allá de nuestras construcciones sociales) materia y energía, y si sé, que su comportamiento es muy complejo y como ya dije antes, difícil de desenmarañar debe ser toda esa energí a y toda esa materia, ¿será que se quedan juntitos mucho tiempo?.
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